¿Un osteópata o un quiropráctico pueden corregir el Atlas?

La teoría de quiroprácticos y osteópatas

Según las teorías de quiroprácticos y osteópatas, el bloqueo de una articulación es siempre consecuencia de la posición incorrecta de una vértebra. De ello se deriva la teoría de que, al resolver el bloqueo articular, también se corrige automáticamente la posición incorrecta de la vértebra.

Sin embargo, esta teoría no se aplica a la articulación del Atlas, que, debido a sus características anatómicas únicas, se comporta mecánicamente más como una parte del cráneo que como una vértebra. Este aspecto, de hecho, se ignora completamente y el Atlas se considera de la misma manera que las demás vértebras.

La ilusión de las manipulaciones cervicales

A quienes dudan de nuestras afirmaciones, les sugerimos realizar una TC antes y después de una manipulación cervical para verificar personalmente los resultados.

Prueba a preguntar a tu terapeuta de confianza cuántas TC ha comparado en su carrera, antes y después de una manipulación cervical. La respuesta generalmente será: ¡NINGUNA! A pesar de esto, muchos terapeutas continúan afirmando con seguridad e incluso con un toque de presunción, que sus manipulaciones pueden corregir las vértebras, aunque nunca hayan verificado de manera inequívoca si esto ocurre realmente.

Se basan en la tradición y en las enseñanzas de sus maestros, quienes a su vez provienen de épocas en las que no existían los equipos actuales, indispensables para una validación objetiva de sus teorías. Es como el proverbial ciego guiando a otro ciego, si el aforismo sirve para ilustrar la idea.

Desde nuestro punto de vista, pretender corregir el Atlas mediante una manipulación quiropráctica equivale a intentar clavar un clavo en cemento con un solo golpe de la palma de la mano.

Aplicando la técnica Atlantomed de corrección del Atlas mediante vibro-resonancia, generalmente son suficientes 2 sesiones para devolver el Atlas de forma duradera a su posición neutral. Este resultado también se puede demostrar con el uso de imágenes de TC realizadas antes y después del tratamiento.

Para mayor claridad, aclaramos que el contenido de este sitio no debe interpretarse como una promesa o garantía de curación. Incluso después del tratamiento Atlantomed pueden ocurrir recaídas o casos aislados en los que no se observen cambios significativos. La información aquí presentada se basa en el análisis de los resultados obtenidos por la mayoría de los sujetos tratados.

¿Cómo se propaga el impulso de una manipulación quiropráctica?

Cuando con una manipulación se imprime una torsión a la columna vertebral para restablecer su movilidad, la fuerza se propaga de un segmento vertebral al siguiente, a menudo acompañada del típico sonido de crujido articular, tan apreciado por los quiroprácticos casi como si fuera una competición para ver quién cruje más fuerte, como si esto fuera automáticamente sinónimo de beneficios.

En la práctica, cuando entre dos vértebras se alcanza la máxima excursión posible, e incluso un poco más, la fuerza del impulso se transfiere al segmento siguiente, continuando su propagación a lo largo de la columna hasta extinguirse en el extremo opuesto, donde se mantiene inmóvil el raquis.

El escollo del Axis

Sin embargo, cuando se intenta aplicar el mismo principio a la parte alta de la cervical, se encuentra un problema significativo: la segunda vértebra cervical C2, que se articula con el Atlas, posee por sí sola una excursión fisiológica de unos 25 grados por lado, mucho mayor que los pocos grados permitidos por las demás vértebras. En consecuencia, la fuerza de torsión aplicada se dispersa en este anillo, sin alcanzar nunca la articulación entre el Atlas y el occipital, es decir, el desalineamiento que se pretende corregir.

Esta limitación se ignora, asumiendo erróneamente que alguna corrección del Atlas ha ocurrido, a pesar de la falta de verificaciones objetivas. Como supuesta prueba de la corrección, se cita el ruido de crepitación que, en realidad, proviene de las vértebras cervicales inferiores, dado que el Atlas tiene una capacidad de rotación respecto al occipital prácticamente nula.

Algunos textos quiroprácticos atribuyen erróneamente al Atlas una rotación fisiológica de 5 grados, un dato que, en la práctica, resulta poco menos que discutible. Una rotación de tal magnitud causaría disturbios vagales y circulatorios continuos, de forma similar a lo que se observa en personas con un desalineamiento de esta gravedad o con ligamentos hiperlaxos, haciendo improbable que pueda considerarse una rotación fisiológica. Además, la crepitación no puede derivar ni siquiera del Axis, ya que la particular conformación de esta vértebra, que permite un amplio movimiento de 25 grados, excluye la posibilidad de generar dicho ruido. Esto ocurre porque el Axis no presenta facetas articulares superiores que puedan separarse, como se postula que es la causa de la crepitación; más bien, dicho fenómeno podría ocurrir en la articulación C2 con C3. El único ruido que puede eventualmente generarse en este segmento durante la rotación es similar al de arena en los engranajes, provocado por el roce de la cápsula articular contra un Axis desalineado.

Otro elemento utilizado para justificar la supuesta corrección es la mayor capacidad del paciente para girar la cabeza, que sin embargo depende exclusivamente de la relajación de la musculatura cervical. Aunque una mayor libertad de movimiento pueda aliviar los síntomas y mejorar el bienestar, esto no constituye prueba de una verdadera corrección del Atlas. Una tomografía computarizada helicoidal podría despejar cualquier duda, pero los quiroprácticos, con diversas justificaciones, evitan realizarla, ni siquiera con fines didácticos o por simple curiosidad personal. Prefieren seguir creyendo ciegamente lo que les enseñaron sus maestros, es decir, que una torsión específica del cuello puede corregir el Atlas, sin haber comprobado ni una sola vez la efectiva consecución del realineamiento. Cuando el dolor inevitablemente reaparece, se atribuye a un nuevo desalineamiento u otros supuestos problemas primarios que impedirían al Atlas mantener su posición correcta.

Sin embargo, quienes sostienen esta teoría deberían explicar por qué tales recaídas presentan una baja proporción después de la corrección realizada con el método Atlantomed. En nuestro caso, las recaídas se manifiestan solo en un número limitado de situaciones, como en presencia de problemas mandibulares importantes concomitantes; si estos problemas son de leve magnitud, tienden a resolverse espontáneamente tras la corrección del Atlas. Aunque existen otros factores marginales que pueden influir, nuestra experiencia demuestra que, en la mayoría de los casos, la disfunción del Atlas es primaria y no subordinada a toda esa serie de factores de los que se quiere hacer depender para justificar sus fracasos, hasta el punto de relegar al Atlas al papel de última rueda del carro, en lugar de reconocerlo como el caballo de tiro. Nuestros resultados, verificables y concretos, son la prueba tangible de ello.

A la luz de estos hechos, ¿crees aún que los dos tipos de tratamiento son equivalentes, como muchos terapeutas intentan hacer creer?

Opiniones quiropráctico / osteópata vs. Atlantomed

Observa las opiniones de cualquier quiropráctico u osteópata: ¿qué notas? Se trata principalmente de resultados a corto plazo, a menudo descritos el mismo día o poco después del tratamiento. Nuestras opiniones, en cambio, suelen escribirse meses, e incluso años, después de una única corrección.

Muchas de las personas tratadas con Atlantomed informan de la desaparición de los síntomas con un solo tratamiento, mientras que los quiroprácticos generalmente hablan de mejoras graduales obtenidas a través de tratamientos prolongados durante meses. ¿Notas la diferencia? No se trata de presumir superioridad, sino de destacar una realidad objetiva y verificable radiológicamente, en beneficio de las personas que sufren.

Las 6 leyes físicas contrarias a la teoría de las manipulaciones cervicales

Si queremos actuar según la ciencia, deberíamos comenzar a evaluar las cosas considerando las leyes de la física. Los principios de la quiropráctica continúan generando debates acalorados entre defensores y críticos de la disciplina, alimentados también por los riesgos asociados con las maniobras cervicales, que a veces causan daños.

En nuestra opinión, las manipulaciones CERVICALES son como el movimiento perpetuo: se basan en un principio que no considera las leyes de la física y, por lo tanto, están destinadas al fracaso. Nota: nos referimos específicamente a las manipulaciones de la cervical alta y no al resto de la columna, que es más robusta y capaz de tolerar mejor las tensiones aplicadas. Si ya sus fundamentos son erróneos, ¿cómo se puede esperar que funcionen?

Algunas teorías quiroprácticas están en contradicción con leyes y principios fundamentales de la física y la biomecánica, especialmente si consideramos las afirmaciones de que estas corrigen la posición de una vértebra como el Atlas desplazada en varios ejes con un solo impulso. Aquí hay algunas leyes y principios que se "violan" o no se respetan adecuadamente:

Para evitar que el texto sea demasiado largo y considerando que las leyes físicas pueden interesar a pocos y no ser fácilmente comprensibles por todos, las hemos incluido en un PDF descargable AQUÍ.

Nuevos desarrollos en los tratamientos cervicales

Además del uso de las manos, últimamente algunos terapeutas intentan abordar la corrección del Atlas con la ayuda de dispositivos mecánicos de varios tipos. ¿Será que están dándose cuenta de que las manos por sí solas no son suficientes para intervenir en el Atlas? Por un lado, nos critican; por otro, copian nuestros textos, terminología y todo lo demás.

Sin embargo, no basta con tener un dispositivo, tal vez copiado de nuestro AtlantoVib, y aplicarlo al cuello al azar sin el conocimiento y la competencia adecuados. Corregir el Atlas requiere un nivel de preparación y habilidad mucho más alto, fruto de una formación específica y mucha experiencia. Una verdadera corrección requiere una precisión extrema: variaciones de inclinación de pocos grados o un desvío de unos milímetros del punto correcto de intervención pueden marcar la diferencia entre "he corregido el Atlas" y "simplemente masajeé un poco el cuello sin corregir nada".

Para el paciente, esto se traduce respectivamente en "los síntomas desaparecen si dependían del Atlas" o "después de algún beneficio inicial, todo vuelve a ser como antes". Por honestidad intelectual, debemos aclarar que incluso con Atlantomed la segunda opción puede ocurrir en ocasiones por diversas razones; sin embargo, la diferencia fundamental radica en el reducido porcentaje de casos en los que esto sucede.