Proloterapia para abordar la inestabilidad articular
El término "Proloterapia" proviene de "proliferation therapy" (terapia de proliferación), acuñado en los años cincuenta por el Dr. George Hackett, un cirujano ortopédico estadounidense.
La proloterapia implica la inyección de una solución irritante, como la dextrosa, directamente en el área lesionada con el fin de estimular el proceso natural de auto-curación de los tejidos.
La dextrosa desencadena una respuesta inflamatoria local que induce una reacción de auto-reparación con la formación de nuevo tejido conectivo en el sitio de la inyección. Este proceso contribuye a fortalecer los tejidos dañados, restaurando la estabilidad de la articulación y aumentando la resistencia a la tracción de las estructuras estabilizadoras de la articulación, como ligamentos, tendones y cápsulas articulares.
La proloterapia se considera un método efectivo, generalmente seguro y sin efectos secundarios, que en muchos casos puede evitar la necesidad de cirugía. Si sufres de laxitud ligamentosa general no atribuible a un accidente, entonces la proloterapia podría ser menos efectiva, ya que el cuerpo produce poco colágeno y al inducir una inflamación del tejido, la producción de nuevo tejido elástico podría ser limitada.
El colágeno es un componente esencial para la fuerza y la elasticidad de los tejidos conectivos, y su producción adecuada es crucial para la reparación y el fortalecimiento de los ligamentos. Para aumentar la producción de colágeno, una correcta ingesta de nutrientes es fundamental, y la vitamina C juega un papel clave en este proceso. La Vitamina C no solo es un poderoso antioxidante, sino que también es esencial para la síntesis de colágeno. Por esta razón, para aquellos que se someten a la proloterapia o desean mejorar la salud de sus tejidos conectivos, puede ser útil informarse sobre los beneficios de la vitamina C y cómo aumentar su ingesta a través de la dieta o suplementos.
La proloterapia, aunque es un tratamiento menos conocido en comparación con otras intervenciones médicas como la cirugía o el uso de medicamentos, ha ganado atención por su eficacia en el tratamiento de ciertas condiciones musculoesqueléticas, especialmente aquellas relacionadas con la laxitud de los ligamentos. Su simplicidad y costo relativamente bajo pueden hacerla menos visible en el panorama de opciones terapéuticas más tradicionalmente promovidas, que a menudo implican mayores ganancias económicas para el sector sanitario.
El uso de la ecografía en la proloterapia ofrece una ventaja significativa, permitiendo localizar con precisión el área de tratamiento. Este método de imagen no invasivo ayuda a identificar el punto exacto para la inyección de la solución, aumentando la eficacia del tratamiento mientras reduce los riesgos asociados con inyecciones imprecisas. En la ejecución de la proloterapia en vértebras específicas como el Atlas y el Axis, la precisión es crucial dada la complejidad y sensibilidad del área cervical.
A continuación, un video sobre cómo se realiza la Proloterapia en C1:
PICL: Implante percutáneo de ligamentos
El Procedimiento PICL (Percutaneous Implantation of Cervical Ligaments, o Implante Percutáneo de Ligamentos Cervicales) representa una avanzada técnica quirúrgica mínimamente invasiva enfocada en la reparación de ligamentos dañados en la región cervical, especialmente aquellos que estabilizan la articulación entre el hueso occipital (C0), el Atlas (C1) y el Axis (C2). Este procedimiento se distingue por su enfoque transoral, que permite acceder y tratar directamente los ligamentos lesionados sin la necesidad de recurrir a fijadores externos, los cuales pueden limitar significativamente la movilidad de la cabeza.
La técnica PICL ofrece varias ventajas sobre los métodos tradicionales de estabilización cervical, que a menudo implican el uso de dispositivos externos voluminosos y pueden conllevar un largo período de recuperación, además de limitar la amplitud de movimiento del cuello. Con PICL, la recuperación tiende a ser más rápida y menos dolorosa, y se busca preservar o incluso mejorar la movilidad de la articulación cervical.
Gracias a su naturaleza mínimamente invasiva, PICL reduce el riesgo de infecciones y otras complicaciones postoperatorias asociadas a cirugías más invasivas. Sin embargo, es importante que este procedimiento sea realizado por cirujanos expertos en técnicas mínimamente invasivas y en la gestión de patologías de la columna cervical, ya que la región cervical es compleja y requiere una precisión quirúrgica extrema para evitar daños a los nervios u otras estructuras vitales.